Literaturín
nos mostro esos primeros pasos, pasos indecisos y a menudo difíciles, pasos
guiados para lograr que los peques se acerquen a la educación literaria. De la mano de Literaturín pudimos contemplar las grandes ventajas que la lectura
te ofrece, entendimos que no se ha de trabajar de igual manera la lectura de
libros infantiles y de textos seleccionados, observamos las diferencias
existentes entre literatura, paraliteratura y subliteratura, nos mostro algunas
ideas para crear buenos lectores…
Sin
embargo no debemos detenernos ahí, debemos seguir avanzando. Cuando invitamos a
un niño a leer, le estamos invitando a sentir, a inferir, a soñar, a empatizar…incluso
le estamos animando a comprender la realidad de esos personajes como posible
camino de su autoconocimiento. Solo si
entendemos la lectura como necesidad para el desarrollo personal, como momento
único de evasión de la realidad, como dosis perfecta de conocimientos
placenteros y vocacionales…solo así seremos conscientes de la gran importancia
que tiene tanto la educación literaria como la animación lectora con la que se
encuentra tan íntimamente relacionada.
Es
necesario entender este vínculo para poder contemplar la urgente necesidad de
abordar ambos temas de manera conjunta si deseamos evitar que tanto los peques
como los que ya no lo son tanto, se alejen de la lectura por nuestra mala labor
tanto como docentes, padres, amigos… De todos depende entender la lectura como
esa imperiosa necesidad vital que solo se consigue a través de la práctica
continuada.
Podemos
destacar tres momentos decisivos en la vida lectora, tres momentos que con
frecuencia terminan frustrando a los futuros lectores y que de manera
inevitable provocan la pérdida total del deseo lector.
Ese
deseo lector que suele surgir alrededor de la cama cuando leemos en voz alta un
cuento a nuestros peques que atónitos nos piden que le sigamos contando más
sobre esas palabras que aún no pueden descodificar pero que sin embargo ya les
parecen mágicas. Palabras que están vivas, palabras que muestran realidades,
palabras que les llevan a lugares lejanos, palabras que les permiten conocer. Y
es que los más pequeños cuando comienzan a leer, ansían por encima de todo
seguir leyendo. Es tal el descubrimiento que no paran de señalar todos los
carteles que encuentran a su paso para contar al mundo entero que ya saben
leer.
Pero
si el niño se ve presionado a la hora de leer, ve como su mal aprendizaje le
impide disfrutar de textos hasta el momento desconocidos… se siente abrumado y
desmotivado como para lograr desear disfrutar de lo que antes doraba, esas
bonitas lecturas que le hacían soñar.
También
es frecuente que los adultos nos olvidemos de leer cuentos a los niños cuando
estos ya saben leer. Damos por hecho que ya no es necesaria nuestra lectura y
les privamos de esos momentos tan mágicos. Por si fuera poco les obligamos a
realizar fichas de lectura como única comprobación de si han leído o no el
libro que se les ha mandado. Pasamos de disfrutar a aborrecer, de un acto
voluntario a uno obligatorio. Ya poco queda entonces del deseo lector.
El
último momento decisivo es la llegada a institutos, universidades… donde el
comentario de texto surge como única vía literaria para conocer textos de
manera objetiva, eliminando cualquier destello de creatividad innata en ese
niño que ya ha perdido la ilusión de leer por el simple hecho de disfrutar, de
conocer, de imaginar…
Por
ello debemos fomentar la animación lectora con las premisas de devolver la
emoción, la ilusión, el entusiasmo, el DESEO LECTOR.
Yo
personalmente he podido observar como en ocasiones se manda a los niños que
lean libros alejados de sus intereses, muchas veces sin ser ni tan siquiera
conscientes. Para lograr que los niños quieran leer y descubrir la historia
encerrada entre sus páginas, debemos primeramente elegir un libro basándonos en
sus gustos y preferencias, y no en las nuestras propias. Sin embargo también suele ocurrir que aun
teniendo en cuenta estos aspectos, el libro no termine de encariñar al niño, no
le permita traspasar su portada e ir más allá.
Entonces…
¿Cómo podemos animarlos a leer?, ¿cómo podemos conseguir que deseen leer
cualquier tipo de libro?, y lo que quizás pueda resultar más complicado ¿Cómo podemos
lograr que disfruten, comprendan y reflexionen sobre libros concretos?
Son
muchas las vías posibles para lograr despertar el gusanillo lector de los
niños. Ellos mismos, sin ir más lejos, son grandes motivadores y su opinión
suele ser muy valiosa para los demás pequeños lectores. Es frecuente que sean
los mismos niños los que animen a sus compañeros a leer aquellos libros que
tanto les ha gustado. Para este tipo de animación podemos emplear distintas
actividades o simplemente dejar que sea el boca a boca el que actué. ¿Quién no se ha leído alguna vez un libro
simplemente porque otra persona nos lo ha recomendado? Este medio es un gran
mecanismo para captar lectores, sin embargo no debemos forzar estas actividades
con libros de lectura obligatoria sino
que ha de fomentarse con libros de lectura libre y voluntaria donde solo entra
el juego el disfrute personal sin más.
El
top 10 de lectura, es una actividad genial para animar a leer aquellos libros
que nos han parecido interesantes y deseamos compartir con los demás. Igual que
existe un top 10 con las mejores películas, algo influyente en nuestras
decisiones a la hora de ir al cine, podemos elaborar nuestra lista lectora con
esos libros que nos han gustado, que nos han apasionado… Todos los meses cada
niño seleccionara su propia recomendación lectora, de entre todas y por
votación saldrán las diez favoritas que formaran parte de tan honorable lista.
Además cada niño puede acompañar su elección con un eslogan, un cartel
publicitario, unas pequeñas palabras de recomendación… algo que sin duda conseguirá
atraer aún más la atención de los curiosos lectores.
El
encuentro con escritores así como la semana del libro son también unos
perfectos detonantes en la animación lectora. Compartir un libro con su autor
es un momento mágico que permite conectar con el libro y con la persona que de
viva voz te introduce en su magnífico mundo de hadas, de travesuras, de viajes
imposibles…
Existen
distintas maneras de animación lectora, no solo de manera general sino de
manera más concreta. Podemos animar a leer, pero también podemos como docentes fomentar
la lectura de un libro en concreto.
Aquí entran en juego aquellas actividades
que propuestas antes, durante o después de la lectura de ese libro en concreto,
logran que el niño sea capaz de comprender, disfrutar y reflexionar, alcanzando
una interpretación subjetiva que le permita desarrollar el placer de leer en su
estado más puro.
No buscamos una compresión basada en ejercitar
la memoria tanto a corto como largo plazo, no esa comprensión que solemos buscar
cuando trabajamos con textos seleccionados. Es una comprensión a partir de la
interiorización, a partir del deseo por
entender, por conocer, por imaginar… por LEER.
Podemos
descubrir como un mismo libro no es comprendido ni disfrutado de igual manera
cuando lo leen los niños de manera individual y sin ayuda ninguna, el niño solo
frente al libro, a cuando esa lectura es guiada a través de actividades que
acompañar al niño durante toda la lectura.
Solamente
debemos fijarnos en las conclusiones que un niño saca de ese libro, escuchar su
crítica con total atención y sobre todo no olvidar que para que no pierdan el
gusto por la lectura, la lectura ha de ser de su gusto.
Cuando
pedí a algunos de los alumnos de sexto de primaria donde realice mis prácticas
que se leyeran “Barro de Medellín” me sorprendió observar cómo, a pesar de
estar totalmente convencida de que les encantaría por el exhausto análisis que
realice previamente, el libro no logro despertar nada en el interior de estos
lectores. No sacaron ninguna reflexión, no comprendieron la realidad social que
el libro escondía ni mucho menos el mensaje impregnado entre sus páginas.
Con seguridad proponer algunas actividades de
carácter lúdico antes, durante y después de la lectura conquistaría a estos
lectores logrando favorecer esa comprensión necesaria para acercar, vivir,
sentir y dejar huella en ellos. Actividades donde comprender significa
INTERPRETAR lo leído a partir de unos conocimientos, unas intenciones y unas
expectativas intelectuales y/o afectivas (Moreno, 2003)
Con
las actividades que se plantean antes de empezar la lectura de un libro en
concreto, se pretende un acercamiento al autor, a la obra, a los temas que se
desarrollaran durante la historia… Permite que el niño imagine, investigue,
prediga sobre acontecimientos y personajes. Es la mejor manera de invitar a los
niños a la lectura.
Aunque
parezca algo contradictorio, pues las actividades durante la lectura se
plantean para animar a leer cuando ya se está leyendo un libro, son actividades
imprescindibles para lograr que la lectura sea un éxito. No debemos abandonar a
los lectores a su suerte, debemos emplear actividades que durante la lectura
permitan recordar, inferir, interpretar, relacionar… nunca han de ser actividades por escrito que
el alumno asocie con obligación. Se han de llevar a cabo de manera distendida y
de manera creativa.
Por
último cuando ya hemos terminado de leer, debemos sentarnos, pensar y comentar.
Debemos reflexionar e interpretar lo leído. Es muy importante hacer una puesta
en común donde todos podamos compartir la huella emocional, si la hubiese, que
el libro nos ha dejado. Se trata de exprimir el jugo de esa lectura, un jugo
tan distinto y variado como lectores haya tenido.
¿Y
cuando ya hemos terminado estas actividades? ¿Ya no hay más?
El
camino aún sigue y es que una consecuencia lógica de leer es el deseo de crear.
Estas actividades que a menudo no suelen ser consideradas como parte de la
animación lectora, es la manera perfecta de plasmar su experiencia lectora y lo
que la lectura le sugiere. El buen lector termina deseando escribir. No
frenemos esa creatividad, fomentémoslo con distintas actividades que permitan
su desarrollo. Inventar otros finales, escribir una segunda parte de esa misma
historia hablando por ejemplo de cómo sería la vida de sus personajes diez años
después, hacer una interpretación libre del título… son solo algunas ideas
Estos
manuales de animación a la lectura pueden resultar realmente útiles tanto por
las explicaciones, como por los consejos e ideas que presentan relacionadas con
las distintas actividades de animación lectora, bien sea de manera general o
para un libro en concreto.
Otras
webs recomendables que nos pueden servir como un magnífico apoyo docente a la
hora de animara a leer a nuestros alumnos:
NO DEBEMOS OLVIDAR
"La animación a la lectura es un acto consciente
para producir un acercamiento afectivo o intelectual a un libro concreto de
forma que esta experiencia produzca un acercamiento al mundo de los libros como
algo divertido."(Carmen Olivares)
"La animación a la lectura es una actividad que
se propone el acercamiento del niño al libro de una forma creativa, lúdica,
placentera."(Carmen Domech).
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