sábado, 30 de noviembre de 2013

UN NIÑO DE CUATRO AÑOS DEBE SABER QUE...

Un artículo maravilloso, un acercamiendo a la realidad que quiero compartir con aquellos padres, madres, docentes... cansados de evaluaciones continuas sobre aprendizajes, de tiempos marcados... pero que aman la educación y los niños por encima de todo.

Es frecuente escuchar a los padres conversando sobre que saben hacer sus hijos comparándolos con los demás niños como si de un trofeo se tratase.

Cada niño tiene su propio ritmo de aprendizaje y hay que respetarlo, eso no es ni bueno ni malo, es NATURAL. Adquirir cuantos más conocimientos y en menos tiempo es un error. La educación nunca debe ser una carrera.

 Alicia Bayer, encargada de la página y el blog de A. Magical Childhood en Minessota (Estados Unidos), ha elaborado una lista con aquellas cosas que un niño si debería saber y otra con aquellas que los padres suelen olvidar pero deberían recordar.


LOS NIÑOS DEBEN SABER
  1. Debe saber que la quieren por completo, incondicionalmente y en todo momento
  2. Debe saber que está a salvo y debe saber cómo mantenerse a salvo en lugares públicos, con otra gente y en distintas situaciones. Debe saber que tiene que fiarse de su instinto cuando conozca a alguien y que nunca tiene que hacer algo que no le parezca apropiado, se lo pida quien se lo pida. Debe conocer sus derechos y que su familia siempre le va a apoyar.
  3. Debe saber reír, hacer el tonto, ser gamberro y utilizar su imaginación. Debe saber que nunca pasa nada por pintar el cielo de color naranja o dibujar gatos con seis patas.
  4. Debe saber lo que le gusta y tener la seguridad de que se le va a dejar dedicarse a ello. Si no le apetece nada aprender los números, sus padres tienen que darse cuenta de que ya los aprenderá, casi sin querer, y dejar que en cambio se dedique a las naves espaciales, los dinosaurios, a dibujar o a jugar en el barro.
  5. Debe saber que el mundo es mágico y ella también. Debe saber que es fantástica, lista, creativa, compasiva y maravillosa. Debe saber que pasar el día al aire libre haciendo collares de flores, pasteles de barro y casitas de cuentos de hadas es tan importante como practicar la fonética. Mejor dicho, mucho más.
LOS PADRES DEBEN SABER
  1. Que cada niño aprende a andar, hablar, leer y hacer cálculos a su propio ritmo, y que eso no influye en absoluto en cómo de bien ande, hable, lea o haga cálculos después.
  2. Que el factor que más influye en el buen rendimiento académico y las buenas notas en el futuro es que leer a los niños de pequeños. No las fichas, ni los manuales, ni las guarderías elegantes, ni los juguetes y ordenadores más rutilantes, sino que mamá o papá dediquen un rato cada día o cada noche (o ambos) a sentarse a leerles buenos libros.
  3. Que ser el niño más listo o más estudioso de la clase nunca ha significado ser el más feliz. Estamos tan obsesionados por tratar de dar a nuestros hijos todas las "ventajas" que lo que les estamos dando son unas vidas tan pluriempleadas y llenas de tensión como las nuestras. Una de las mejores cosas que podemos ofrecer a nuestros hijos es una niñez sencilla y despreocupada.
  4. Que nuestros niños merecen vivir rodeados de libros, naturaleza, utensilios artísticos y la libertad para explorarlos. La mayoría de nosotros podríamos deshacernos del 90% de los juguetes de nuestros hijos y no los echarían de menos, pero algunos son importantes: juguetes como los LEGO y las construcciones, juguetes creativos como los materiales artísticos de todo tipo (buenos), los instrumentos musicales (tanto clásicos como multiculturales), disfraces, y libros y más libros (cosas, por cierto, que muchas veces se pueden conseguir muy baratas en tiendas de segunda mano). Necesitan libertad para explorar con estas y otras cosas, para jugar con montoncitos de alubias secas en el taburete (supervisados, por supuesto), amasar pan y ponerlo todo perdido, usar pintura, plastilina y purpurina en la mesa de la cocina mientras hacemos la cena aunque lo salpiquen todo, tener un rincón en el jardín en que puedan arrancar la hierba y hacer un cajón de barro.
  5. Que nuestros hijos necesitan tenernos más. Hemos aprendido tan bien eso de que necesitamos cuidar de nosotros mismos que algunos lo usamos como excusa para que otros cuiden de nuestros hijos. Claro que todos necesitamos tiempo para un baño tranquilo, ver a los amigos, un rato para despejar la cabeza y, de vez en cuando, algo de vida aparte de los hijos. Pero vivimos en una época en la que las revistas para padres recomiendan que tratemos de dedicar 10 minutos diarios a cada hijo y prever un sábado al mes dedicado a la familia. ¡Qué horror! Nuestros hijos necesitan la Nintendo, los ordenadores, las actividades extraescolares, las clases de ballet, los grupos organizados para jugar y los entrenamientos de fútbol mucho menos de lo que nos necesitan a NOSOTROS. Necesitan a unos padres que se sienten a escuchar su relato de lo que han hecho durante el día, unas madres que se sienten a hacer manualidades con ellos, padres y madres que les lean cuentos y hagan tonterías con ellos. Necesitan que demos paseos con ellos en las noches de primavera sin importarnos que el pequeñajo vaya a 150 metros por hora. Tienen derecho a ayudarnos a hacer la cena aunque tardemos el doble y trabajemos el doble. Tienen derecho a saber que para nosotros son una prioridad y que nos encanta verdaderamente estar con ellos.

COMO LECTOR....

LITERATURÍN, EDUCACIÓN LITERARIA PARA LOS PEQUES DE PRIMARIA. Borrador 1




¿Qué es leer?, ¿Cómo se debe llevar a cabo una lectura educativa?, ¿Cómo debemos presentar la literatura en educación primaria?, ¿Qué actividades nos permiten acercar la literatura a los más pequeños?…

Estas son algunas de las preguntas que debemos plantearnos siempre que nuestro deseo sea lograr despertar el interés y el amor del niño por la lectura en primera instancia y por la literatura así como por la paraliteratura y subliteratura en segundo lugar. 

Leer debe ser considerado un proceso mental que exige a su vez aprendizaje, entrenamiento y desarrollo. Por ello la lectura debe ser siempre contemplada como una necesidad educativa. Una necesidad que, por otra parte, no es comprendida por el niño hasta que no ha superado el proceso de aprendizaje de lectoescritura y es capaz de entender, recrear, imaginar... Será a partir de ese momento cuando el niño pueda apreciar el verdadero significado de la lectura y dejar de considerarlo como una actividad puramente mecánica cuyo objetivo sea una simple descodificación del lenguaje. 

Este es un momento decisivo en la vida lectora de todos los niños e influirá en su actual y futura visión sobre la misma. De este modo un niño se acercara a la lectura y podrá disfrutar de todos los inmensos placeres que esta proporciona o por el contrario se irá alejando de ella al asociar lectura con obligación. No debemos caer en aquellos errores tan frecuentes y dañinos que provoquen este rechazo. 

Como futuros docentes no debemos mezclar la lectura de libros literarios infantiles con las lecturas de textos seleccionados previamente para desarrollar una adecuada lectura tanto en voz alta como en voz baja, que corresponde con la parte mecánica, como con las lecturas con pretensiones comprensivas. Siendo relevante saber utilizar ambos recursos de manera adecuada en distintos contextos y con distintas finalidades.

A través de las lecturas de textos seleccionados el niño ejercita la atención, la memoria, tanto a corto como largo plazo, la fluidez y la lectura en voz alta. Debemos saber emplear estos textos adecuadamente dentro del aula, haciendo una correcta selección de los mismos. Es importante mostrarlo como una actividad entretenida, eliminando cualquier resto de competitividad. Buena muestra de ello son las pruebas de final de etapa de primaria CDI que lleva a cabo la consejería de educación de la Comunidad de Madrid al que los alumnos se ven sometidos al finalizar sexto de primaria. Esta prueba de comprensión lectora suele favorecer al estrés, al rechazo de la lectura… es por ello que en algunos colegios se niegan a realizarla y pongan todo su empeño es eliminar una prueba que bajo su parecer puede resultar perjudicial para sus hijos. En otros colegios sin embargo, los niños son preparados durante el curso escolar, realizando una lectura de este tipo a la semana dentro del horario escolar. He podido observar como en estas ocasiones el niño lo ve como algo natural, no como una prueba real sino como una actividad más. Pero yo me pregunto ¿qué ha aprendido realmente el niño?, ¿Ha entendido correctamente el texto? o lo que es más importante ¿Ha disfrutado de su lectura? Las preguntas que se plantean sobre el texto se suponen que sirven para comprobar la comprensión lectora, pero son preguntas cuyas respuestas están dentro del texto por lo que más que comprender, el niño lo que hace es buscar la información, sustraerla y copiarla de manera idéntica a modo de respuesta mostrando así cero comprensión.

Personalmente apuesto más por lecturas compartidas en el aula que por lecturas comprensivas individuales. Es cierto que al hacerlas en voz alta la lectura que se logra no es la más adecuada puesto que influye la velocidad lectora del que lee así como la atención a menudo escasa de los que siguen esta lectura, más preocupados por ver cuando les va a tocar que por otra cosa. 

A pesar de ello estas lecturas permiten:

  •  Disfrutar de distintos tipos de textos 
  • Analizar las estructuras y partes que componen el texto 
  • Identificar algunas ideas principales 
  • Comprender e interpretar el sentido del texto 
  • Mejorar la expresión oral 
  • Elaborar otro tipo de texto siguiendo las pautas del género al que pertenezca dicho texto. 
  • Aumentar el léxico

Sin embargo, a través en las lecturas de un libro literario infantil la finalidad ha de ser entretener, interpretar, evadirse de la realidad… en definitiva soñar con los ojos abiertos. Ser capaces de hacer una interiorización del libro y una interpretación personal del libro han de ser las premisas en este tipo de lecturas.  El receptor es el verdadero protagonista, “la literatura la crea el receptor”  según bien explica Paúl Valéry.  ¿Es necesario que el lector comprenda lo que lee? Bueno sí pero en cierto modo pues aun no habiendo una total comprensión el lector podrá disfrutar de la obra literaria. No hay una única lectura, hay tantas como personas lean una obra literaria. Además, algo muy curioso sucede cuando leemos una misma obra varias veces en distintos momentos de nuestras vidas. No siempre entenderemos lo mismo, no siempre sacaremos las mismas conclusiones, no siempre la disfrutaremos de igual modo… todo ello dependerá de nuestro propio momento evolutivo, de nuestras experiencias y vivencias, de nuestra forma de ver y entender la vida…

“El Principito” de Antoine de Saint-Exupéry es uno de esos libros, que según el cristal con el que lo veas o mejor dicho lo leas te mostrara una u otras reflexiones. Si un niño lo leyese nunca disfrutaría de igual modo que un adolescente o un adulto. Eso no quiere decir que no vaya a disfrutar con su lectura, por supuesto que lo hará pero a su modo, según su propia interpretación.

Resulta interesante comprobar en nuestra piel como un mismo libro provoca en nosotros distintas emociones, sensaciones… según cuando lo hayamos leído. En mi caso he de reconocer que el único libro que he leído en varias ocasiones ha sido “Mujercitas”, es un libro que me enamoro desde el minuto uno y que estoy segura que si lo volviese a leer me seguiría apasionando. Sin embargo la primera vez que lo leí solo supe valorar las aventuras, la relación filial de las hermanas… Ya en mi segunda lectura es cuando supe reconocer el valor del desengaño amoroso, la pérdida de un ser querido, la realidad social que estas cuatro hermanas viven… un montón de hechos que antes casi habían pasado desapercibidos para mí. No porque no estuvieran presentes sino más bien porque se alejaban de mi propia realidad o de mis preferencias lectoras 

Con ello debe quedar claro que no debemos forzar nunca a una única interpretación, no debemos frustrarnos si el niño no llega a la reflexión o interpretación que bajo nuestro criterio ha de lograr, debemos respetar su propia comprensión eliminando cualquier barrera que impida disfrutar del arte literario.

Pero… ¿solo podemos ofrecer obras literarias a nuestros niños?, ¿no hay nada más allá? ¿Qué pasa con aquellos libros que aún no teniendo una intencionalidad puramente artística son maravillosos?

Debemos dejar claro que para que una obra deba ser considerada literaria debe tener una intencionalidad artística, debe utilizar las funciones expresivas y poéticas del lenguaje y lo que se relata he de ser ficticio. Pero ¿Qué ocurre con aquellos libros que se quedan fuera de este término?, ¿Dónde podemos englobarlos?...

Para ello surgieron estos dos términos literarios "paraliteratura" y "subliteratura". Fijándonos en sus prefijos se puede decir que  "para-literatura" será algo paralelo a la literatura y "sub-literatura" será algo que esté por debajo de la literatura. En estos casos lo que ocurre es que no tiene todas las características anteriores referidas a la literatura sino otras propias que lo diferencian de ella.

La paraliteratura comparte las funciones expresiva y poética del lenguaje. No son textos de ficción y su principal intención no es crear arte sin más sino que suele llevar de manera implícita una enseñanza, un trasfondo pedagógico. Un ejemplo sería una biografía, una fábula…
 La subliteratura comparte con la literatura que su tema es ficticio. Sin embargo, no existe ninguna intencionalidad artística sino más bien mercantilista. En ella podemos destacar la literatura de género y los best-sellers.

Cuando presentamos la literatura en un aula de primaria debemos saber seleccionar y/o adaptar textos literarios que permita al niño disfrutar de la obra sin destruir el contenido y guardando una coherencia pero acercándolo a la edad, realidad, preferencias lectoras… del pequeño lector, debemos saber trabajar distintos textos de lectura y sobre todo debemos trabajar tanto los textos literarios y no literarios mostrando las diferencias en cuanto a elementos que integran y las distintas funciones que recrean.
En esta etapa se debe acercar al niño a la literatura a grandes rasgos mostrando los distintos géneros y subgéneros los cuales serán trabajados en el aula a través de estrategias y recursos. También se trabajará con pequeños fragmentos de obras literarios que permitan un primer acercamiento a los grandes autores de la historia literaria. Y es que a pesar de que sea tan solo una breve introducción puede resultar muy enriquecedor educativamente hablando. No es de extrañar que en un colegio se lleven determinadas actividades/talleres cuyo principal objetivo sea reunir a los más pequeños con obras y autores literarios a través de semanas culturales, webquests…. Es frecuente que los maestros propongan actividades grupales y/o individuales que trabajen la literatura logrando sorprendentes resultados educativos. 

La página web leer.es, leer en la era digital, propuesta por el ministerio de educación nos ofrece una serie de consejos para padres que desean acercar a sus hijos a la lectura, una serie de propuestas didácticas para trabajar la literatura en el aula, ideas para crear buenos lectores… Me gustaría compartir estas ideas las cuales no tiene desperdicio al igual que toda la página web por su acercamiento a la realidad lectora a través de actividades literarias con la utilización de las TIC en el aula.

IDEAS PARA CREAR BUENOS LECTORES

Compartir Escuchar
Acompañar                Organizarse
Estimular                        Alentar
Pedir consejo              Dar ejemplo         Respetar
Proponer         No imponer
Ser constantes


Sin embargo, no será hasta secundaria cuando comiencen ese recorrido histórico por la literatura española e hispanoamericana. Ya habrá tiempo de entran en detalles, de conocer a los grandes autores de nuestra literatura, de ser conocedores de los distintos movimientos literarios, sus características, su propio contexto social, sus obras por excelencia Ya habrá tiempo de empaparse con los primeros textos literarios escritos allá en la edad Media, con esas ideologías que marcan un antes y un después en la visión del mundo y de la literatura por consiguiente, ya habrá tiempo de sumergirse en el siglo de oro y disfrutar de una época llena de esplendor cultural, ya se disfrutara de los autores más actuales y su visión más crítica de la realidad… ahora no es el momento. Ahora es el momento de leer y disfrutar leyendo, de realizar nuestra propia interpretación de la lectura, de reflexionar, de escribir pequeñas narraciones y sencillas poesías como muestras literarias…